07 julio 2015

La cabeza de la barra baja

Las personas se pueden agrupar de miles de formas, y esto me encanta hacerlo. Hoy quiero hablar (otra vez) del sexo, lo que me lleva a dividir a las personas según el sexo que tienen y con quién.
Al primer grupo le podríamos llamar "Los pareja" ¿Qué voy a contar de este grupo? Aburrido, monótono sin grandes cambios argumentales en su vida... Lo único divertido de esta gente es verles discutir y sentir como la envidia personal va amainándose y notar un regocijo vengativo e insano (Pero regocijo).
Un segundo grupo puede ser "El solitario" Puede que sea incluso más aburrido que el anterior. El perfil de esta peña suele ser el mismo: Varones que no se adaptan a los cánones de belleza actuales (Gente fea, muy fea). Puede que algunos de ellos no hallan probado el sexo nunca, un hecho muy beneficioso para ellos, pues no saben lo que se pierden.
Y por último, el tercer grupo al que yo llamo "Los catacaldos". No hay grupo más divertido que este: Siempre con sexo, con sexo de dos, tres o más personas, viviendo aventuras diferentes cada vez que se van de caza. Lo mejor, lo más divertido, lo que caracteriza la felicidad de este grupo, yo diría que es el hecho de que la cantidad injerte de sexo con tantas personas hace que el sexo se convierta en algo rutinario, normal, cómodo, aburrido y sin sentido, desmotivando así el empeño de la búsqueda de una vida social mejor o más interesante y acomodar al sujeto a una situación donde nada significa nada, moviéndonos simplemente en la dirección dónde apunte la polla (O el conejo).
Y ahora te pregunto lo mismo que te preguntaron aquella banda inglesa en 1978: "Who are you? Uh! Uh!

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