02 diciembre 2010

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El momento en el que escribo esto es época de Navidad, y como sabéis, ponen anuncios hasta en la ropa interior del guarda de seguridad, hasta en los comentarios de las fotos de redes sociales (¿hacia dónde miro?).
Lo que nos dicen los anuncios, en definitiva, es que tenemos que ahorrar en todo, en todo excepto en el producto que anuncia. No lo dice, lógicamente, pero te vas a gastar una pasta en un detergente, que, no vas a notar la diferencia, pero cualquier persona que entre a tu casa va a ir directamente donde quiera que guardas el detergente y te va a decir: "¡Oh!, Dios mio, eres super cool, usas Ariel". Anda y vete a la mierda.
Por otro lado, personas que viven en un chalet de lujo nos dicen que compremos eso para ahorrar en calidad, nos a jodido, se nota que te sobra la pasta.
Un matrimonio perfecto, donde el marido no está y la mujer lo hace todo, a veces se va al jardín a jugar con sus hijos y a disfrutar de una buena perspectiva fotográfica. Presumen de tener todo el tiempo del mundo, tienen la cocina que podría comer en el suelo, vamos, que parece que lo anuncia una princesa Disney.
Luego, te da por comparte algo de lo que anuncian, te gastas un pastón (relativamente) para la tontería que te has comprado, pero te llevas una decepción, lo que verdaderamente te gustaba de el producto no era el producto, sino la música de fondo, la casa que tendrás esta noche cuando te duermas, y sobre todo la persona que lo anuncia (no la madre, lógicamente). Aún no consigo diferenciar entre Freeway y Coca-Cola.

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