¿A quién no le gusta estar rodeados de hijos de puta maleducados? Sin respeto ni educación, escoria mental que se adaptan a la sociedad como malamente pueden forúnculos que creen ser queridos por alguien y no son más que alguien a quién te tienes que acostumbrar. Pues bien, hoy voy a hablar del lado opuesto: La peñita guapa.
La buena gente no son más que simples objetos, herramientas que el resto de la sociedad usa como si fuera una posesión suya, comiendo de todo lo que suelta la buena gente, sentimientos, sensaciones, favores materiales, favores mentales y psicológicos, tiempo, espacio... Sé buena gente, deja que la gente te trate como un objeto y piensa que son tus amigos, conocidos y familiares. Piensa también que te sientes bien contigo mismo al hacer buenas acciones y ser educado, respetuoso y no metiéndote con la gente ni ofender. Deja que la gente se coma hasta el tuétano de tus huesos, pon tu cabeza en una bandeja de aluminio y coloca un botón en el dedo de la gente de tu alrededor que conecte con una guadaña en los huevos. Maldita sea, dales todo lo que puedas y más si cabe.
Porque el día en el que lo dejes de hacer serás la persona más mala del mundo.