03 agosto 2014

La maldita odisea de la fiesta de cumpleaños de mi amigo Viernes

Cómo sabía que nada bueno podía salir de los "planes" de mi amigo, pero aun sabiéndolo decidí lanzarme a la aventura sin saber qué pasaría, bueno, sin saber que no pasaría nada bueno, porque pasaron muchas cosas.
Para empezar el pueblo donde se celebraba estaba a tomar por el culo, a una hora en coche desde mi ciudad, a si que el transporte era un problema que se solucionó al recibir un mensaje que decía: "Vente con mi madre y con Juan". Ese mensaje da a entender, como es lógico que Viernes se puso en contacto con Juan y que este accedió a ir. Nada más lejos de la realidad, cuando ayudé a la madre de mi amigo a cargar y descargar cosas e intentar ponernos en contacto con Juan decidimos que esperar una hora era demasiado, a si que nos fuimos. Más tarde nos enteramos que en verdad no contactó con el, simplemente le mandó un mensaje ofreciéndole ir con su madre a su fiesta, y Juan ni si quiera tenía batería en el móvil.
Dejando a un lado lo que viene siendo la fiesta, voy a contar lo que pasó al día siguiente, porque fue salir el sol y todo se empezó a joder sobremanera. Para empezar, el local lo habían alquilado otras personas después de nosotros, dos de las cuales decidieron que ir al recinto una hora antes y cual grito militar nos mandaron recoger todo, y aunque después se disculparon por sus formas hicieron algo que yo considero despreciable: Hicieron una puta foto antes de que empezáramos a limpiar ¿Qué coño pretendían con eso? Tener una escusa para que ellos dejaran el lugar hecho una mierda?
Para llegar a mi casa tenía que ir a un pueblo que estaba, como todo, un par de kilómetros de dónde estábamos, a si que se Viernes se ofreció a llevarme, pero no sin antes usar llenar el coche hasta tal punto que yo no cupiera a si que esperé en las afueras del recinto con parte de los invitados. Al llegar por fin el coche, como cabe de esperar en un día de mala suerte, no podía ir directamente a la estación de autobuses porque el coche tenía que ser visto por un familiar para comprobar una pequeña avería. Mientras tanto visité una acogedora casa habitada por dos ancianos muy simpáticos, aunque uno de ellos fuera franquista. Para mi sorpresa... Bueno, como cabía de esperar un error de cálculo más apareció cual felino en cacería: El coche debía de pasar la ITV, por lo que ya no podía subir al autobús de las 9:20, haciéndome esperar más de una hora viendo dibujos animados.
Cuando por fin llegó la hora de irse monté en el coche nos la nueva pegatina y nos dirigimos al pueblo de al lado, a la estación de autobuses. El plan era ir a Méndez Álvaro (En la capital) y después ir a mi casa, y como el viaje era largo y viajaba a la última estación podía permitirme el lujo de dormir en el autobús, cosa que por alguna extraña razón me gusta hacer.
Despierto en un pueblo que resultó ser Aranjuez, y menos mal, porque al despertar pensaba que era otro pueblo el cual me trae recuerdos que no me gustan. Decidí seguir durmiendo, al despertar pensaba que estaba en una estación de metro llamada "Villaverde Bajo Cruce", eso estaba en el sur de la capital, lo que me daba indicios a pensar que aun no habíamos llegado, pero decidí quedarme despierto, algo en mi pecho me decía que este día iba a ser más mierda aun. Entro un un recinto privado donde hay más autobuses de la compañía, el conductor se levanta y se dirige al pasajero que quedaba aparte de mi persona, claro está, y le dice de forma tan pausada y calmada que parecía que no quería que yo mismo me enterase que eso no era Méndez Álvaro, que era el garaje de los autobuses y nos indicaba dónde estaba la parada de metro más cercana. Normalmente lo que suelen hacer es despertarte y mandarte a la mierda en la última parada, pero hoy era un día especial, hoy era una puta odisea.

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