Teníamos varias opciones. La primera era dormir en una especie de descampado que hay entre Fuenlabrada y Leganés, con la esperanza de que unas falrolas alumbraran nuestra senda, a si que hicimos este camino:
Estando cargados hasta los topes en la Avenida de la hispanidad nos dieron dos botellas de dos litros cada una de agua. Nos salimos de la foto, y viendo que estábamos más a oscuras que el culo de un mandríl decidimos ir a otro lugar: El tejado de un Instituto de facil acceso. Para ello hicimos este otro camino:
Pero había un coche en el interior y varias luces encendidas, por lo que tubimos que descartar esa opción. Ahora es cuando llamo la atención a ese muñeco diabólico que nos acompañaba: Un bebé vestido de pallaso que si le apretabas reía con voz de hombre loco. Conseguimos expantar a una pareja que "casifornicaba" en el parque para descansar más tranquilos y pensar nuestra tercera y última opción, otro colegio público. Pero este le conocíamos más, sabíamos que no iba a haber nadie, a si que volvimos a caminar, cansadísimos, cargadísimos y flñerigtjalgnísimos:
Dormimos en un escalón a una altura de un metro del suelo, pero el cemento seguía igual de duro, a pesar de el saco de dormir y la toalla de playa que usábamos como almohada. Ahí pasamos la noche, pero no sin antes presenciar como la luz que nos jodía el sueño se encendía y se apagaba cada cierto tiempo, como pulsé sin querer la barriga del muñeco diabólico para que riera, comer las pocas provisiones que teníamos y dormir como el jodido culo en el suelo.
Acabo de llegar y no voy a dormir porque no me sale de los huevos.
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