
Ayer, unas de las pocas personas que su imagen fue plasmada en las cuevas de Altamira, y sigue viva se casó. Hoy ha ocupado tiempo en las noticias y espacio en el periódico del mismo modo que lo puede hacer los recortes o la muerte de Steve Jobs.
"La boda de la duquesa a ritmo de sevillanas"
Pero esto no es lo que me molesta. Lo que verdaderamente me molesta es que halla habido una noche de bodas, ¡Dios!, la rendija de esa mujer tiene que estar más seca que los polvorones de las navidades del 83.
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