Como tienda de comida rápida.
Gente en todo el jodido mundo se acerca a estas tiendas para comerse una hamburguesa, y permitirme especificar, una hamburguesa de mierda.
Para empezar, al principio mola, porque cuando entras, haga frío o calor fuera, dentro estás de puta madre, y eso está bien. Lo flipas aún más cuando ves, tras el mostrador, esas fotos de hamburguesas monstruosas, en calidad HHHD ¡Que pintazo tienen!. Te gastas cuatro euros en la hamburguesa mientras esperas con deseo que te la den. Pues bien, te la dan en una caja que ocupa lo que una semilla de sésamo en la foto HHHD. Al final sales de la casa de aceite restaurante, con el bolsillo y el estómago vacío.
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