16 noviembre 2010

Pegatinas

Una tarde, con tus amigos, te encuentras en tu bolsa de "chuches" una pegatina, es feísima, pero, no sabes por qué, la pegas en la parte de atrás de tu móvil. La cagaste, Burlancaster.
Al día siguiente, coges tu móvil, miras la pegatina como si fuera aquél niño feo que te alegras que no sea tu hermano, pero está en tu móvil. La intentas despegar, no hay forma, desistes. pero ahora es mucho peor, la pegatina no se quitó del todo, lo que provoca que el móvil tenga una mancha blanca y pegajosa, pero aún así lo metes en el bolsillo. Al sacarlo, se te pega la mano en lo que antes era una pegatina, miras el móvil y una sensación de insatisfacción y repugnancia nubla la realidad: Toda la mierda del bolsillo se ha mezclado con el pegamento restante del móvil. En unas semanas, el celular estará como siempre, tranquilo.
Ya sabes lo que pasará, pero pegas otra pegatina (leer desde el principio para seguir la historia).

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