Comidas familiares

Por suerte, mi familia Casi nunca es así, pero, he visto que las familias, cuando se reúnen, suelen tener algo en común.

Cuando se saludan las frases más repetidas son:-¡Cuanto tiempo! y ¡Cuanto has crecido! En los primeros momentos, es super divertido, excepto por las collejas de tus tíos y los tirones de mofletes de los más ancianos de la familia.
Tras ese periodo empalagoso, los hermanos (tíos y tu propios padres), al ver que se lo están pasando muy bien en familia, hablan de quedar más (todos sabemos que no quedarán), se disfruta de una buena comida.
Hasta que la oscuridad se cierne sobre la cena, ya sea por varios motivos (dinero, la herencia de la abuela, se echan en cara cosas, malentendidos).
La abuela no sabe que decir, los que comprenden entre 30 hasta los 55 años gritan como locos en un jaleo que nadie entiende, los más jóvenes se callan pensando que su progenitor tiene razón o no.
Al final dicen que se acabó, quedan de rositas. Pero de camino a casa cada cual habla con su cónyuge y comenta la jugada, llama a sus familiares con los que disputó de todo menos hijos de puta.
Tras nos meses, se olvida el tema y vuelven a quedar (la situación se repetirá otra vez).