Como es costumbre en Fuenlabrada, más concretamente en el barrio de "La Serna", desde un coche nos gritaron a mi y a un "amigo": ¡
Maricones de mierda!, a lo cual yo les respondí con mi típico
saludo de paz. Lo que no saben es que los maricones son ellos, ¡Joder! Que mínimo que bajarse del coche y darnos una brutal paliza, puesto que nos superaban en número. Pues no, los muy maricones ni se bajaron del coche, y eso que nos vieron antes, podían perfectamente, antes de su trayecto, alejarse dos metros del vehículo y llenarnos de moratones, pero no. Los maricones son ellos.
¿Qué coño le pasa al mundo? Ayer, viernes, vi hablar pacíficamente a dos enemigos, cuyas broncas, hace un mes eran encarnizadas; paso por "la bote" (Lugar de reunión en Fuenlabrada de una de las bandas más peligrosas de la ciudad), y solo me asaltan niños de unos diez años, a los que puedo apartar con el brazo sin ejercer ningún tipo de fuerza.
Pero esto yo creo que es bueno, sé que en
estos puntos de "google maps" se están formando nuevas Fuenlabradas.
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